Representar el silencio del espacio que habito Construir formas y espacios íntimos de dialogo |
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Comencé este proyecto hacia el año 2000 compaginándolos con otros que iba realizando y desde entonces he ido construyendo meticulosamente estructuras y piezas de pequeñas dimensiones que han ido invadiendo mi estudio y mi cabeza sin tener preconcebido lo que iba a ser de ellas, pero si, con la idea clara de experimentar con la escultura sin dejar de ser pintora y hacia una concepción más espiritual del espacio y de mi entorno. En varias ocasiones lo he dejado reposar y con el tiempo, lo he vuelto a retomar hasta que poco a poco, cada pieza ha ido encajando como si de un puzle se tratara en el lugar que le correspondía hasta conformar las arquitecturas que quería mostrar. Mi plan era construir volúmenes de colores intensos y crear ciudades que poco a poco he ido modificando encajando y cambiando hasta convertirse en esos espacios íntimos a los que invito al espectador a transitar de una manera imaginaria sin perder la idea de poder crear piezas de grandes dimensiones y hacer tangibles esos paseos hacia el interior de unas ciudades ficticias. Intento ordenar el espacio, mi espacio, la visión que tengo de el, espacios que pueden ser habitados o que jamás ocupará nadie para ser vividos. Son meros espejismos de esa realidad que a mi me gustaría que fuera. Visualizo espacios arquitectónicos desde la sensibilidad del color, la forma y las diferentes texturas siempre de una manera armónica. Manipulo y reconstruyo una y otra vez, ese territorio urbano que observo diariamente con líneas, colores vivos e intensos en busca del equilibrio y el silencio que espero encontrar en ellos. Cada pieza, constituye una obra, pero juntas, tienen la fuerza de ser la metrópoli del color proyectada en los espejos como si fuera un juego de imágenes invertidas de una ciudad sin principio ni final. Con cada una de las cajas de pared, intento que el espectador interactúe con la obra y se sienta parte de ella a través de los espejos que reflejan su propio rostro a modo de retrato efímero ya que solo lo ve el propio retratado y desaparece en cuanto este deja de observar o se aleja de la obra desde las diferentes perspectivas. Hay por un lado una mirada al interior de la obra pintada y reflejada en el espejo y al exterior del rostro retratado que invita a la reflexión con una relación directa y de intercambio entre el observador y lo observado.
En todas mis creaciones busco el equilibrio y la estabilidad entre el color, la forma y la línea con la única intención de organizar y reinventar el espacio que visualizo a diario. Toda mi obra es un ir y venir sin fin, una eterna invitación a la reflexión serena sobre el silencio, el vacío y la nada.
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El hueco que rompe las formas |
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